ISMAEL SERRANO EN EL GRAN REX
El escenario del Gran Rex se
convirtió en el “Café de los Recuerdos”. Ismael Serrano, cantautor madrileño,
dio su quinto show en Buenos Aires de la gira de su último disco: “Todo empieza
y todo acaba en tí”.
Ismael entró aproximadamente
a las 21:20 vistiendo una camisa blanca, chaleco negro, delantal, jean gastado
y zapatillas azules: era todo un mozo. Lo acompañaron su barman, quien en
realidad es Roberto Beto Garmendia y
cumple la función de stage manager; Jacob Sureda, en dirección musical,
acordeón y teclados. El más aclamado fue Javier Bergia, en guitarra y
percusión, quien interpretó a un desempleado compañero de charlas de café.
El público, a quién invitó
como si fueran clientes, era multifacético: en su gran mayoría, mujeres de
entre 25 y 50 años, parejas, chicas que fueron sin compañía, algún que otro
hombre, un niño de 8 años. Esos que lo siguen desde su primer CD editado en
1997, otros tantos que lo fueron descubriendo a lo largo del camino.
Luego interpretó
“Despierta”, pieza del último álbum. Fue una novedad ver al cantante tocando el
bajo en estos primeros temas, en lugar de su tradicional guitarra. Entre tantas
interpretaciones, seleccionó algunas de materiales anteriores, como lo fueron
“Vuelvo” (del disco “Acuérdate de vivir”, 2010), la aclamada “Últimamente” (del
CD “La memoria de los peces”, 1998), “Podría ser” (“Sueños de un hombre
despierto”, 2010), “Te vas” (“Acuérdate de vivir”, 2010).
Mientras, lo acompañaron los
aplausos y los diálogos simpáticos con Javier Bergia, con quien realizó una
especie de sketch con mucho humor e historia. De este modo, hicieron referencia
a la actual situación de España, al fracaso de la política y la participación
de los jóvenes en el debate. Resaltó las medidas que adoptó esta nueva generación
en las plazas, marcando como positivo el “reclamo para ser escuchados”.
El marcado compromiso que
tiene con la política y su ideología se plasmó durante todo el show, trazando
un paralelo con la Argentina al decirle al público: “¿Qué les voy a decir yo
que no hayan vivido?”
Sus seguidores también
pudieron corear temas como “Amores imposibles” (del álbum “Sueños de un hombre
despierto”, 2007) y “Recuerdo” (de la discografía “La memoria de los peces”,
1998), muy aplaudida.
Beto
Garmendia, que interpretó al barman, convidó un mate a Ismael Serrano y Javier
Bergia. “Creo que me estoy acostumbrando a este asunto”, dijo Ismael. Luego,
probó la infusión y expresó: “No, creo que no”. El diálogo se prestó para
hablar de la bebida autóctona argentina, el fernet y el vino. El cantautor
madrileño destacó las costumbres, esas pequeñas cosas con los seres queridos,
las charlas que surgen en torno al mate, las tarde de truco: “Momentos que te transportan a la tierra amada, que
conforman la patria”. Acto seguido, cantó el tema “Mañana porteña en Madrid”,
historia verídica que su padre escuchó en el metro y cuenta los sentimientos de
un argentino que se fue a vivir a España.
Fue especial el momento en el
que interpretó “Muchacha ojos de papel”, que le debe haber dado piel de gallina
a más de uno.
“La extraña pareja” (de su
primer material, “Atrapados en azul”, 1997) fue una de las más aclamadas.
Luego, la noche de café
siguió expresando la comparación entre la actual crisis de España y las que han
vivido el pueblo argentino, a lo que Serrano ponderó la capacidad mediante la
cual “encontrar como ustedes el autoestima para poder levantarse aún en la
crisis”.
Entre las últimas canciones
previstas, interpretaron “Todo empieza y todo acaba en ti”, que titula al
último CD (2012); “Vértigo” (“Atrapados en azul”, 1997), que el público coreó y
aplaudió enfáticamente; “Te debo una canción” (2012) que Ismael tocó con un
charango. Finalmente, cantó “Sucede que a veces” (del CD “Naves ardiendo más
allá de orión”, 2005), tema con el cual se despidió.
Y llegó el momento de los
bises tan característicos en sus shows. Ismael Serrano volvió al escenario tras
los pedidos insistentes de sus fanáticos. A cada vuelta, cantó dos canciones y
se retiró, para luego retornar al escenario. Eso sucedió cinco veces, en las
que el Gran Rex pudo disfrutar de una hora más de espectáculo. Casi todo el
público se quedó para escuchar el tema que compuso en torno a la historia
argentina: “A las madres de Mayo”; la canción más importante que lo lanzó a la
fama y compuso a sus 18 años: “Papá cuéntame otra vez” (“Atrapados en azul”,
1997) y “Ana” (también de ese primer CD), entre tantas otras.
Fue un show lleno de recuerdos, en el que cabe destacar el juego que hizo Ismael Serrano al contestar algún que otro grito del público o hacerlos cantar. No faltó el agradecimiento por el afecto que tienen sus seguidores argentinos en este último Gran Rex del que se despidió, luego de haberlo colmado en cinco funciones.
Por Denise Melanie Peña.
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