domingo, 2 de septiembre de 2012

Cobertura Ismael Serrano


ISMAEL SERRANO EN EL GRAN REX

El escenario del Gran Rex se convirtió en el “Café de los Recuerdos”. Ismael Serrano, cantautor madrileño, dio su quinto show en Buenos Aires de la gira de su último disco: “Todo empieza y todo acaba en tí”.

Ismael entró aproximadamente a las 21:20 vistiendo una camisa blanca, chaleco negro, delantal, jean gastado y zapatillas azules: era todo un mozo. Lo acompañaron su barman, quien en realidad es Roberto Beto Garmendia y cumple la función de stage manager; Jacob Sureda, en dirección musical, acordeón y teclados. El más aclamado fue Javier Bergia, en guitarra y percusión, quien interpretó a un desempleado compañero de charlas de café.

El público, a quién invitó como si fueran clientes, era multifacético: en su gran mayoría, mujeres de entre 25 y 50 años, parejas, chicas que fueron sin compañía, algún que otro hombre, un niño de 8 años. Esos que lo siguen desde su primer CD editado en 1997, otros tantos que lo fueron descubriendo a lo largo del camino.


 “Recuerdos que sobrevuelan en torno a las mesas, que yacen en el fondo de cada taza de café, familiares y amigos: bienvenidos al Café de los Recuerdos, esta ronda la paga la casa”, empezó diciendo Ismael Serrano, a lo que le siguió la primera canción de la noche: “Semana” (“Todo empieza y todo acaba en tí”, 2012).

Luego interpretó “Despierta”, pieza del último álbum. Fue una novedad ver al cantante tocando el bajo en estos primeros temas, en lugar de su tradicional guitarra. Entre tantas interpretaciones, seleccionó algunas de materiales anteriores, como lo fueron “Vuelvo” (del disco “Acuérdate de vivir”, 2010), la aclamada “Últimamente” (del CD “La memoria de los peces”, 1998), “Podría ser” (“Sueños de un hombre despierto”, 2010), “Te vas” (“Acuérdate de vivir”, 2010).

Mientras, lo acompañaron los aplausos y los diálogos simpáticos con Javier Bergia, con quien realizó una especie de sketch con mucho humor e historia. De este modo, hicieron referencia a la actual situación de España, al fracaso de la política y la participación de los jóvenes en el debate. Resaltó las medidas que adoptó esta nueva generación en las plazas, marcando como positivo el “reclamo para ser escuchados”.

El marcado compromiso que tiene con la política y su ideología se plasmó durante todo el show, trazando un paralelo con la Argentina al decirle al público: “¿Qué les voy a decir yo que no hayan vivido?”

Sus seguidores también pudieron corear temas como “Amores imposibles” (del álbum “Sueños de un hombre despierto”, 2007) y “Recuerdo” (de la discografía “La memoria de los peces”, 1998), muy aplaudida.

Beto Garmendia, que interpretó al barman, convidó un mate a Ismael Serrano y Javier Bergia. “Creo que me estoy acostumbrando a este asunto”, dijo Ismael. Luego, probó la infusión y expresó: “No, creo que no”. El diálogo se prestó para hablar de la bebida autóctona argentina, el fernet y el vino. El cantautor madrileño destacó las costumbres, esas pequeñas cosas con los seres queridos, las charlas que surgen en torno al mate, las tarde de truco: “Momentos que  te transportan a la tierra amada, que conforman la patria”. Acto seguido, cantó el tema “Mañana porteña en Madrid”, historia verídica que su padre escuchó en el metro y cuenta los sentimientos de un argentino que se fue a vivir a España.

Fue especial el momento en el que interpretó “Muchacha ojos de papel”, que le debe haber dado piel de gallina a más de uno.

“La extraña pareja” (de su primer material, “Atrapados en azul”, 1997) fue una de las más aclamadas.

Luego, la noche de café siguió expresando la comparación entre la actual crisis de España y las que han vivido el pueblo argentino, a lo que Serrano ponderó la capacidad mediante la cual “encontrar como ustedes el autoestima para poder levantarse aún en la crisis”.

Entre las últimas canciones previstas, interpretaron “Todo empieza y todo acaba en ti”, que titula al último CD (2012); “Vértigo” (“Atrapados en azul”, 1997), que el público coreó y aplaudió enfáticamente; “Te debo una canción” (2012) que Ismael tocó con un charango. Finalmente, cantó “Sucede que a veces” (del CD “Naves ardiendo más allá de orión”, 2005), tema con el cual se despidió.

Y llegó el momento de los bises tan característicos en sus shows. Ismael Serrano volvió al escenario tras los pedidos insistentes de sus fanáticos. A cada vuelta, cantó dos canciones y se retiró, para luego retornar al escenario. Eso sucedió cinco veces, en las que el Gran Rex pudo disfrutar de una hora más de espectáculo. Casi todo el público se quedó para escuchar el tema que compuso en torno a la historia argentina: “A las madres de Mayo”; la canción más importante que lo lanzó a la fama y compuso a sus 18 años: “Papá cuéntame otra vez” (“Atrapados en azul”, 1997) y “Ana” (también de ese primer CD), entre tantas otras.


Fue un show lleno de recuerdos, en el que cabe destacar el juego que hizo Ismael Serrano al contestar algún que otro grito del público o hacerlos cantar. No faltó el agradecimiento por el afecto que tienen sus seguidores argentinos en este último Gran Rex del que se despidió, luego de haberlo colmado en cinco funciones.

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