Cobertura La Vela Puerca

Todo bien,
Todo esta listo,
¿Cómo vas?
Yo aquí me ves.
Otra vez bajo las luces,
Y el sudor sobre la piel…

Así arranca el show. Explota el Auditorio Sur. Antes, el público esperaba sentado a que La Vela salga al escenario, luego de un mini recital de Árbol de la mano de Edu Schmidt.

Como siempre, Sebastián Cebreiro, alias “Cebolla”, lleva una gorra puesta y arenga al público que más cerca se encuentra de él, haciendo gestos con la mano y mirando fijo a alguien, como cantando a dúo. Mientras, Sebastián “Enano” Teysera, canta con los ojos cerrados, como si ese acto le diera fuerzas para potenciar aún más su voz.

El recital fue un recorrido por los temas más emblemáticos de la banda, desde Por la ciudad, El profeta, el infaltable El Viejo, pasando por Un frasco, Va a escampar, Haciéndose pasar por luz, Doble filo y Colabore (mientras en la pantalla se veían imágenes de desaparecidos por la dictadura) incluidas las canciones de su último disco, “Piel y hueso”: Sobre la sien (tema de apertura del show), Sigo creyendo, de la mano de Cebolla, Se le va y otros.

La energía del show no mermó cuando llegó el momento de tocar y cantar los temas más “tranquis”. Sebastián Teysera fue el encargado de protagonizarlo: ubicado en medio del escenario, sentado y con las partituras delante de él, supo contagiar a su audiencia de la serenidad del momento, a contraparte de la euforia de los saltos y empujones anteriores. En primer lugar tocó Mi semilla, y el público, como rito habitual cuando suena el tema, se sentó en el piso a disfrutar plácidamente de la guitarra y de la trompeta que acompañaba. Edu Schmidt volvió al escenario para interpretar en su violín el tema Zafar junto con Sebastián y Cebolla.

Los temas “power” volvieron de la mano de Frágil, aunque Sebastián se olvidó la letra y tuvo que ayudarlo Cebolla. “Acá tengo un ‘trencito’- dijo el enano-. Acá lo llaman de otra manera, ¿no? Machete le dicen ustedes” dejando ver que, a pesar de la cercanía rioplatense y de venir seguido a nuestro país, hay algunos lunfardos que todavía no pudimos “pegarles” a los uruguayos.


Entre tragos de cerveza para hidratar la garganta y cortar un poco la sed, el recital siguió hasta bien entrada la noche, completando las casi dos horas y media de show.

Entre idas y vueltas y el público que no paraba de gritarles cada vez que la banda abandonaba el escenario, finalmente el recital terminó con José sabía a pedido de la audiencia, que minutos antes la había coreado, obligando así a que el enano Teysera saliese una vez más al escenario, él solo, a interpretar el último tema.



Analía Valotta